domingo, 9 de agosto de 2009

CONTEXTO GLOBAL

La crisis económica mundial


Todos los gurús, asesores y calificadoras de riesgo de la economía financiera mundial, han fracasado estrepitosamente. Ninguna de estas autoridades de la consultoría financiera especializada, lograron prever la magnitud del crack financiero que sufre el mundo, y menos ún han logrado - hasta hoy - develar su casualidad sistemática como esencia y como proceso.

Mientras tanto, la crisis mundial sigue su curso hacia la depresión económica en todo el planeta y consiguientemente hacia la extinción del globalismo construido en base a la revalorización del capital y la desvalorización del extranjero.



  • Revalorización del capital y desvalorización del trabajo

La civilización contemporánea o sistema capitalista, se construyó como sociedad a partir de mediados del siglo XVIII en base a los dos factores cruciales de la modernidad, el capital y el trabajo asalariado. A partir de ese entonces, los principios y valores de estos factores rigen las dinámicas de la sociedad en todos sus planos.

Sin embargo, los economistas profesionales sólo tienen en cuenta la crisis del capital y no las del trabajo para estudiar la crisis económica mundial, concibiéndola así sólo como una crisis financiera y no como una de las últimas crisis del sistema del capital y del trabajo tal como existen hoy estos elementos.

Existen dos tipos de capital, el capital líquido o variable (papel moneda, bonos, acciones, certificados, tarjetas de crédito, etc.) y el capital fijo o constante (infraestructura productiva e inmobiliaria, bienes duraderos, etc.); sin considerar el capital saber como factor crucial del desarrollo moderno en el futuro cercano.

Desde la década del ochenta, el capital líquido se ha producido sin cesar por la emisión estatal y privada incontrolable y por remuneraciones de depósitos o tasa de interés libre TIL. Igualmente, el capital fijo se ha reproducido extraordinariamente como consecuencia de la revolución técnico-científica, pero sobretodo se ha revalorizado por incidencia de la TIL y por especulación bursátil (hasta un 100%). En las últimas tres décadas, la gran reproducción y revalorización del capital mundial ha ocasionado la gran inflación de precios que sufre todavía el mundo (petróleo, bienes muebles, alimentos, insumos industriales, etc.).



La gran crisis financiera mundial manifiesta, que no es otra cosa que la caída vertical de los valores del capital, ha sido consecuencia de la caída en espiral descendente de la remuneración del trabajo en todo el mundo – y del ingreso per cápita del 80% de la población mundial – durante los últimos treinta años.








Veamos:
A fines de la década del setenta se paralizó la remuneración del trabajo y comenzó su descanso mundial, en la medida que el capitalismo occidental se convertía en capitalismo global. De tal forma que ahora producimos, autos por ejemplo, con obreros de setenta dólares – mes en China, cuando a fines del setenta producíamos lo mismo aunque mucho menos con obreros de 2000 dólares – mes en EEUU. En tal sentido, el 80% de la PEA mundial tiene hoy una pobrísima capacidad adquisitiva frente a la enorme infraestructura industrial construida por el globalismo las últimas tres décadas.

En otras palabras, la caída de la remuneración per cápita mundial del trabajo y la consiguiente parálisis del consumo per cápita, el motor de la economía real, desde la década del setenta ejercen una fuerza deflacionaria extraordinaria sobre los valores del capital, de menos a más en la medida que más grande e insalvable se hacía la brecha entre los valores del capital y valores del trabajo; hasta que los primeros caen irremediablemente – en medio de una gran crisis sistemática – hacia una nueva relación productiva-reproductiva entre ambos que reconstruya el equilibrio mundial.

¿Qué tipo de relaciones inéditas entre el capital de inversión y el trabajo productivo – y qué condiciones económicas, sociales, políticas y culturales globales – son aquellas que permitirán reconstruir las economías nacionales del mundo y un nuevo globalismo superior hacia el desarrollo planetario en las actuales circunstancias técnico-científicas?...






  • El contexto global y las perspectivas locales

El colapso del globalismo ocasionará un ciclo contrario de dos o tres décadas de reconstrucción económica nacional por proteccionismo arancelario con propensión a la autosuficiencia, frente al ataque industrial transnacional – todavía vigente – estacionado en países con mano de obra barata masiva. Estados Unidos y Europa darán el ejemplo. Los países atrasados como el Perú ingresarán tardíamente a estas dinámicas nacionalistas, lo que ocasionará un alto costo social.

Se reformarán los programas de mercado libre y se suplirá – en lo fundamental – la demanda externa por la demanda interna, que constituirá gradualmente un mercado interno en expansión para una producción interna en expansión. Aunque, este primer proceso sólo será sostenible si se desenvuelve un segundo proceso micro de innovación empresarial por distribución de la riqueza social, que sugiere la socialización del capital y la gestión corporativa cuya esencia es la construcción de redes inéditas de liderazgo creadoras de nueva riqueza. Finalmente, todo ello sólo podrá realizarse en base al desarrollo local autónomo, condición de autoridades y líderes de la sociedad civil con gran visión y un conjunto inusitado de atributos.

Frente a tales retos, las organizaciones convencionales de la sociedad política y la sociedad civil están destinadas a fracasar, si no surge una multitud de nuevos organismos de innovación radical que se desarrollen a través del ejemplo en las amplias capas de la sociedad civil, movilizándola y organizándola por empresarialidad autogestionaria, autodefensa y disciplina colectiva.

Sin embargo, en los últimos 20 años el mundo ha cambiado radicalmente. La revolución técnico-científica y la extinción de los mercados tradicionales, incluidos los laborales, plantean nuevas necesidades, conocimientos e instituciones para el desarrollo, tanto a nivel mundial como a nivel local, y no estamos a la altura de tales exigencias. Es más, el desempleo mundial y la crisis de los Estados Unidos – nación nos plantean un reto más grande aún, el de asumir localmente el 100% de la responsabilidad frente al desarrollo de los pueblos.

Hemos ingresado a una nueva época de construcción comunitaria, donde todas las organizaciones locales están obligadas a innovarse cada vez más para aprovechar las oportunidades del cambio mundial o fenecer como agentes del desarrollo.

Tal situación sugiere actuar con nuevos modelos de desarrollo organizacional que impliquen nuevos liderazgos, la aplicación de los principios y valores del desarrollo local por derecho propio, la utilización de las nuevas herramientas de la innovación social y la gestión moderna y, la generación de nuevos organismos en la sociedad civil que estén dispuestos a echar una mano.